Rodilla - Compartimento anterior y ecografía

31-07-2025-Tempo Formación

Explorar la rodilla mediante ecografía musculoesquelética de alta resolución no es solo cuestión de imágenes: es un verdadero viaje anatómico, capa por capa, como si tuviéramos la visión de rayos X de Superman, capaz de atravesar piel, grasa, tendones y hasta la cápsula articular. Esta publicación se basa en el artículo “Enhancing knee imaging via histology and anatomy-driven high-resolution musculoskeletal ultrasound” Giorgio Tamborrini et al. , que propone una mirada detallada, sistemática y fundamentada en la anatomía e histología para mejorar la precisión en el estudio ecográfico del compartimento anterior de la rodilla.

 

La exploración del compartimento anterior de la rodilla combina una técnica de escaneo eficiente con una evaluación anatómica detallada. Todo comienza con la rodilla en extensión y, posteriormente, se flexiona entre 20 y 30 grados, colocando una almohada debajo para proporcionar soporte y mejorar la comodidad del paciente.

Siguiendo las buenas prácticas, el examen se inicia con un corte transversal a nivel del muslo medio. Desde ahí, se desplaza la sonda de ecografía en dirección distal. El fémur actúa como un punto de referencia óseo clave, ayudando a ajustar tanto la profundidad como la orientación de la imagen ecográfica.

La segunda fase del estudio consiste en una exploración longitudinal. En este caso, la sonda se desplaza desde proximal hacia distal, siguiendo el trayecto del músculo cuádriceps hasta su inserción en la rótula.

3. Compartimento anterior rodilla tempo formacion.png

Región suprarrotuliana. Imágenes histológicas (A), anatómicas (B) y ecográficas correspondientes (C–E). Ilustraciones con la posición de la sonda(F–G).
En C, ecografía longitudinal de la parte distal del tendón cuadricipital en reposo.
D. Ecografía longitudinal de la parte distal del tendón cuadricipital, con la rodilla en ligera flexión. En este caso, el receso suprarrotuliano está distendido por líquido anecoico.
E. Imagen panorámica.
acl – ligamento cruzado anterior.

En el plano longitudinal, el tendón cuadricipital suele presentar tres capas bien definidas:

- Capa superficial: correspondiente al rectus femoris.

- Capa intermedia: formada por los vastus lateralis y medialis.

- Capa profunda: compuesta por el vastus intermedius.

Aunque identificar la distinción entre las capas intermedia y profunda puede resultar complicado, la capa superficial suele ser claramente visible. Para diferenciarlas con mayor precisión, es útil seguir la aponeurosis desde proximal hasta distal, lo cual ayuda a delinear cada una de las porciones. 

Además, existen variaciones anatómicas: en algunos casos se pueden observar hasta ocho cabezas accesorias, lo que añade un nivel extra de complejidad a la exploración.

Por otro lado, el articularis genus es un músculo con múltiples capas, que se origina en la superficie anterior del tercio distal del fémur y se inserta en el receso suprarrotuliano y la cápsula articular. Su relación estrecha con el vastus intermedius y el vastus medialis sugiere que no actúa como un músculo aislado, sino como parte de una unidad funcional integrada.

Al explorar la región suprarrotuliana, se identifican varias estructuras clave. En primer lugar, la almohadilla grasa suprarrotuliana —de aspecto hiperecogénico— se sitúa profunda al tercio distal del tendón cuadricipital y por encima del polo superior de la rótula. Más profundamente, encontramos la almohadilla grasa prefemoral, situada superficial al fémur. 

La evaluación dinámica permite observar cómo interactúan estas almohadillas grasas durante los movimientos de extensión y flexión. Entre ambas se encuentra el receso suprarrotuliano, que contiene líquido anecoico que se hace más evidente cuando la articulación está distendida.

En condiciones normales, ese líquido puede aumentar cuando se activa el cuádriceps, desplazándose desde la articulación femorotibial hacia el receso suprarrotuliano.

2. Compartimento anterior rodilla tempo formacion.png

Región suprarrotuliana. Imagen histológica (A) y ecografías transversales anteriores (B).
En B, se observa a un paciente con derrame articular moderado.

Para evaluar la inserción del tendón cuadricipital en el polo superior de la rótula, se recomienda lo siguiente: Esta entesis presenta un patrón característico: el patrón fibrilar del tendón se transforma gradualmente en una zona hipoecoica antes de insertarse, indicando la transición hacia fibrocartílago. Además, algunas fibras del tendón cuadricipital se extienden sobre la rótula, conectándose con el tendón rotuliano, lo que evidencia la continuidad funcional del aparato extensor. 

Cuando se alcanza la máxima flexión de la rodilla, es posible visualizar el cartílago hialino de los cóndilos femorales como una estructura anecoica, tanto en planos longitudinales como transversales.

La exploración de la rótula se realiza en ambos planos, evaluando tanto el hueso cortical como las entesis: la del tendón cuadricipital en su parte superior y la del tendón rotuliano en el polo inferior. En condiciones normales, pueden observarse pequeñas interrupciones corticales que corresponden a la entrada de vasos nutricios. Además, es importante reconocer variantes anatómicas, como la rótula bipartita, para no interpretarlas erróneamente como hallazgos patológicos.

4. Compartimento anterior rodilla tempo formacion.png

Región rotuliana. Cortes transversales histológico (A) y anatómico (B).
C. Ecografía panorámica.
Itb – banda iliotibial; hc – cartílago hialino.

La exploración transversal a nivel de la rótula requiere desplazamientos controlados de la sonda hacia medial y lateral. Este barrido permite valorar los tendones del vastus medialis y vastus lateralis, así como sus respectivos retináculos rotulianos.

Un detalle interesante durante la compresión ecográfica de los recesos medial o lateral es la posible migración del líquido hacia el receso contralateral. Este desplazamiento puede ser útil para detectar derrames articulares sutiles y evaluar la comunicación entre compartimentos.

6. Compartimento anterior rodilla tempo formacion.png

Región retropatelar.
A. Ecografía longitudinal del cartílago. La sonda se coloca en la cara medial de la rótula.
Para obtener esta imagen, el explorador debe inclinar y desplazar la rótula hacia medial, como se muestra en B (flecha vacía).

La evaluación de la región infrarrotuliana requiere un análisis sistemático de varias capas anatómicas bien definidas.

En primer lugar, encontramos la bursa infrarrotuliana superficial, ubicada entre la inserción del ligamento rotuliano en la tuberosidad tibial y el tejido graso subcutáneo. En condiciones normales, esta bursa no contiene líquido detectable, por lo que su visualización suele ser difícil o incluso inexistente durante una ecografía de rutina.

En contraste, la bursa infrarrotuliana profunda se localiza entre la inserción tibial del ligamento rotuliano y la porción anterior de la almohadilla grasa intracapsular de Hoffa. A diferencia de la anterior, esta bursa sí puede mostrar una pequeña cantidad de líquido, especialmente durante la máxima flexión de rodilla. Este hallazgo es completamente fisiológico y no debe interpretarse como patológico, siempre que no haya signos de engrosamiento sinovial, hiperemia o distensión excesiva. 

7. Compartimento anterior rodilla tempo formacion.png

Región infrarrotuliana. Imágenes histológicas (A), anatómicas (B) y ecografías longitudinales (C–F). Ilustraciones con la posición de la sonda(G–H).
C. Ecografía con la rodilla flexionada entre 20–30 grados. En condiciones normales, las bursas rotulianas son casi inapreciables.
En flexión completa (D), se visualiza la porción distal normal del ligamento cruzado anterior.
Las imágenes E y F muestran casos patológicos en los que la bursa prerrotuliana (E) y las bursas infrarrotulianas superficial y profunda (respectivamente sipb y dipb, en F) están distendidas por líquido.
qt – tendón cuadricipital.

La evaluación del tendón rotuliano combina técnicas de valoración estática y dinámica. Esta estructura clave debe ser explorada tanto en reposo como en contracción del cuádriceps, lo que permite detectar alteraciones estructurales como engrosamiento, adelgazamiento o discontinuidad, signos que podrían indicar una patología en evolución o ya instaurada.

Es importante recordar que su porción distal, hacia la tuberosidad tibial, suele presentar un grosor ligeramente mayor de forma fisiológica, lo cual no debe interpretarse como un hallazgo patológico si no se acompaña de otros signos.

Profundizando bajo el tendón y la grasa de Hoffa, pueden visualizarse los cóndilos femorales distales, tanto en planos longitudinales como transversales, lo que amplía el campo de análisis hacia la articulación femorotibial.

La evaluación dinámica cobra especial relevancia en este contexto. Movilizando la articulación o aplicando presión suave, se puede evidenciar la protrusión o extrusión del tejido graso de Hoffa a través del retináculo medial o lateral, un hallazgo que puede estar presente en patologías como la sinovitis o la compresión mecánica crónica.

5. Compartimento anterior rodilla tempo formacion.png

Región infrarrotuliana. Imágenes histológicas (A), anatómicas (B) y ecografías transversales (C–D). Ilustraciones con la posición de la sonda (E–F).
En C, al colocar la sonda sobre la región infrarrotuliana, puede apreciarse el cartílago de la tróclea femoral.
Sin embargo, para mejorar su visualización, se recomienda flexionar completamente la rodilla y posicionar el transductor distal a la rótula (D).
mcl, lcl – ligamentos colaterales medial y lateral.

Los recesos infrarrotulianos ocupan el espacio comprendido debajo de la rótula. El receso suprahoffático se sitúa justo por debajo de la rótula, pero por encima de la almohadilla grasa de Hoffa; mientras que el receso infrahoffático se encuentra más profundo y distal, completamente inmerso dentro del tejido adiposo de Hoffa.

Para visualizar adecuadamente este último, es útil pedir al paciente que empuje activamente la pierna contra la camilla, lo que desplaza estructuras y mejora el acceso ecográfico.

Es importante destacar que no todos los pacientes con derrame articular presentan líquido visible en estos recesos. Su presencia o ausencia no descarta la existencia de sinovitis o derrame, por lo que deben interpretarse con cautela dentro del contexto clínico general.

En condiciones de máxima flexión de la rodilla, también es posible identificar la inserción del ligamento cruzado anterior (LCA) en la eminencia intercondílea. Para mejorar esta visualización.

Finalmente, la evaluación se completa con la valoración del cartílago hialino de los cóndilos femorales. Esto puede lograrse inclinando la sonda debajo de la rótula y a través de la almohadilla grasa de Hoffa, lo que ofrece una ventana acústica adecuada para valorar el estado del cartílago articular anterior.

Y hasta aquí llega nuestro paseo ecográfico por el compartimento anterior de la rodilla. Hemos pasado por tendones, bursas, almohadillas grasas y hasta nos hemos asomado al cartílago como si tuviéramos la tecnología de Ironman en la palma de la mano.

Esto no termina aquí: en la próxima publicación nos meteremos de lleno en el compartimento medial. Así que si te quedaste con ganas de más (y sabemos que sí), prepárate para seguir explorando la rodilla con detalle clínico y buena eco.

 

Bibliografía:

1.Enhancing knee imaging via histology and anatomy-driven high-resolution musculoskeletal ultrasound. Giorgio Tamborrini et al.

 

 

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