Patología compartimento lateral de la cadera
27-07-2025-Tempo Formación
Ya conocemos las reglas del juego anatómico en el compartimento lateral de la cadera: glúteos, facetas, bursas y banda iliotibial, todos perfectamente localizados con ecografía. Si todavía no has leído la primera parte donde explicamos la anatomía ecográfica normal, te recomiendo empezar por ahí [haz clic aquí para verla].
Ahora llega la parte interesante: ¿qué pasa cuando algo no va bien?
En esta nueva publicación nos metemos de lleno en las patologías más frecuentes de esta zona. Porque si bien el trocánter mayor no habla, se hace notar: dolor al decúbito lateral, al subir escaleras o incluso simplemente al caminar. Y muchas veces, ahí está el origen: tendinopatía glútea, rotura parcial, bursitis trocantérea o ese chasquido externo que aparece sin avisar.
Todo acompañado de imágenes, descripciones claras y la lógica ecográfica que te permite conectar el síntoma con la estructura.
Así que, sonda en mano… vamos a explorar lo que pasa cuando el lateral de la cadera deja de ser silencioso.
Tendinopatía y roturas del glúteo
El síndrome de dolor trocantérico mayor (GTPS) es uno de los grandes clásicos en consulta: dolor y sensibilidad localizada sobre el trocánter mayor, que puede complicarse al caminar, subir escaleras o simplemente al estar tumbado de lado. El diagnóstico se basa en una buena historia clínica, exploración física y hallazgos por imagen.
Factores de riesgo típicos: mujeres alrededor de los 60 años, ángulo cuello-diáfisis femoral menor de 134°, y dismetrías entre las piernas. Lo interesante es que, aunque durante años se le echó la culpa exclusivamente a la bursitis, cada vez está más claro que la verdadera fuente de conflicto suele ser la tendinopatía glútea y, en algunos casos, la banda iliotibial.
¿Dónde ocurre la lesión?
La tendinopatía glútea suele iniciarse en la inserción de los tendones, justo en las facetas del trocánter mayor. Puede manifestarse en diferentes grados:
- Edema de partes blandas que rodea el tendón del glúteo medio o menor, sin pérdida estructural. Es el primer aviso de que algo no va bien.
- Tendinosis: el tendón se degenera, se vuelve más grueso y heterogéneo. Puede afectar tanto a personas activas como sedentarias, pero es más frecuente en mujeres de mediana edad.
- Rotura parcial o ruptura completa: pueden aparecer como progresión de una tendinopatía crónica.
¿Cómo se ve en ecografía?
Una tendinosis típica se presenta como un tendón engrosado, heterogéneo, con pérdida del patrón fibrilar normal. A veces aparecen calcificaciones asociadas, pero no siempre.
Aunque se ha descrito el aumento de vascularización en Doppler color o power Doppler, y dolor a la sonopalpación, estos signos no son tan frecuentes en la práctica diaria.
Tendinosis calcificada en una mujer de 57 años con dolor intenso en la cadera izquierda al acostarse de lado.
La imagen ecográfica (A) muestra una lesión levemente hiperecogénica adyacente al trocánter mayor (cabeza de flecha). No se observa hiperemia significativa en la evaluación con Doppler color. La radiografía anteroposterior (AP) de pelvis (B) confirma la calcificación, consistente con una tendinosis calcificada junto al trocánter mayor izquierdo.
Las roturas del tendón del glúteo medio y menor no siempre llegan con un gran trauma de fondo. De hecho, lo más común es que sean el resultado silencioso de una tendinopatía crónica que lleva tiempo desarrollándose, hasta que un día el tendón dice: “hasta aquí”.
Según lo descrito por Bunker y otros autores, estas roturas pueden aparecer en distintos contextos:
1. Durante una prótesis total de cadera (THA) o una hemiartroplastia por fractura del cuello femoral.
2. Por avulsión tras una cirugía por vía anterolateral o transglútea.
3. Como rotura crónica no traumática sobre una tendinosis ya establecida.
4. O por trauma directo, aunque esto último es menos frecuente.
¿Cómo se ven estas roturas en ecografía?
- Una rotura parcial suele presentarse como una interrupción focal del patrón fibrilar del tendón. A veces aparecen pequeñas áreas anecoicas o hendiduras dentro del tendón (insertar foto sobre: rotura parcial del glúteo).
- Una rotura completa es una interrupción de espesor total de las fibras tendinosas. Puede verse como una zona rellena de líquido o como una pérdida clara de masa tendinosa.
Otro signo útil es el alargamiento del tendón del glúteo medio desde la unión miotendinosa hasta la inserción en el trocánter. Si esa distancia supera los 2 cm, debemos pensar en una rotura.
Las fibras anteriores del tendón del glúteo medio son el sitio más frecuente tanto para roturas parciales como completas. Por su parte, el tendón del glúteo menor rara vez se rompe de forma aislada; suele acompañar la lesión del glúteo medio.
Rotura completa del tendón del glúteo menor y rotura parcial en el ancho del tendón del glúteo medio en una mujer de 82 años con síntomas de insuficiencia de los abductores.
La imagen ecográfica muestra la faceta anterior (contorno punteado amarillo) y parte de la faceta lateral (contorno punteado azul claro), hallazgos consistentes con una rotura completa del tendón del glúteo menor y una rotura parcial en el ancho del tendón del glúteo medio.
El resto de las fibras del tendón del glúteo medio (flechas) están engrosadas pero conservadas. El límite entre las facetas anterior y lateral está marcado por un asterisco (*).
En roturas crónicas, puede observarse atrofia muscular del glúteo afectado, aunque este hallazgo es inespecífico. Varios estudios han mostrado una progresión relacionada con la edad: de la tendinosis a la rotura y, más adelante, a la atrofia muscular, incluso sin un episodio lesional claro.
Además, irregularidades corticales y entesopatías del trocánter mayor son hallazgos muy frecuentes asociados a estos procesos.
Roturas parciales intrasustancia y tendinosis del glúteo medio en una mujer de 57 años con dolor lateral de cadera tras una artroplastia total de cadera (THA).
La ecografía fue solicitada para descartar un seudotumor. La radiografía anteroposterior (AP) de pelvis (A) muestra la prótesis total de cadera derecha con un cable de cerclaje a lo largo de la metáfisis femoral proximal.
Las imágenes ecográficas (B) demuestran engrosamiento, irregularidad y pequeñas hendiduras anecoicas dentro del tendón del glúteo medio (cabezas de flecha), hallazgos compatibles con roturas parciales intrasustancia y tendinosis. Algunas de las fibras proximales (flechas) se observan íntegras.
Un dato importante para tener en cuenta en el día a día: la rotura del tendón glúteo es una causa común de dolor persistente en pacientes con prótesis total de cadera. En este contexto, la ecografía es especialmente útil, ya que evita los artefactos por la prótesis y permite una evaluación precisa de los tendones, incluso en el postoperatorio.
Dehiscencia de la reparación del tendón del glúteo medio en una mujer de 70 años con dolor lateral de cadera tras una artroplastia total de cadera (THA) y reparación del tendón abductor.
Las imágenes ecográficas de la cadera izquierda (A, B) y la imagen axial en secuencia PD con supresión de grasa por resonancia magnética (C) muestran una faceta lateral (contorno punteado azul claro), hallazgo compatible con una dehiscencia de alto grado de las fibras anteriores del tendón del glúteo medio.
Las fibras más posteriores, que se insertan en la faceta superoposterior, presentan cambios tendinosos pero están conservadas (cabezas de flecha en A y C).
Se observa además líquido en la bursa trocanterea (asterisco en B y C).
Lesión de Morel-Lavallée
No todo lo que duele en la cadera lateral es tendón o bursa. A veces, el problema va más superficial y se esconde entre planos: ahí es donde aparece la lesión de Morel-Lavallée, una colección postraumática que puede confundirse fácilmente con un hematoma común, un seroma... o incluso un tumor de partes blandas.
Este tipo de lesión ocurre cuando hay un despegamiento entre la grasa subcutánea y la fascia profunda, habitualmente la banda iliotibial (ITB), como consecuencia de un mecanismo de cizallamiento. Es decir, una capa se mueve, la otra no, y en ese espacio se acumulan líquidos hemolinfáticos. La zona lateral de la cadera es uno de los lugares más frecuentes para este fenómeno.
El mecanismo típico suele ser un traumatismo de alta energía, como los producidos en accidentes de tráfico, pero también puede aparecer tras lesiones por aplastamiento de baja velocidad o en deportes de contacto, como el fútbol o la lucha.
Fotografía clínica de una lesión de Morel-Lavallée en una atleta de esquí cross tras una caída.
Se observa una tumefacción marcada sobre la región lateral de la cadera (cabezas de flecha), centrada en el trocánter mayor (*).
¿Qué síntomas presenta?
Dolor, hinchazón, y una zona blanda, fluctuante y deformada que puede tener movilidad cutánea. A veces, se afecta la sensibilidad superficial si se lesionan los nervios cutáneos. Si ves una zona inflamada que “baila” bajo la sonda, pensá en esta lesión.
¿Cómo se ve en ecografía?
En ecografía, la lesión de Morel-Lavallée aparece como una colección avascular, compresible y de ecogenicidad heterogénea, aunque su aspecto varía según el tiempo de evolución:
- En fases aguda o subaguda (menos de 1 mes), tiene bordes irregulares y aspecto heterogéneo.
- En fases crónicas (más de 18 meses), suele verse más homogénea, con márgenes lisos y forma aplanada o fusiforme.
- A veces puede parecerse a un tumor de partes blandas, sobre todo si presenta una marcada heterogeneidad interna.
Lesión de Morel-Lavallée en un hombre de 32 años que sufrió una caída lateral mientras montaba en bicicleta.
Las imágenes ecográficas (A, B) muestran una extensa colección líquida compleja, de forma fusiforme (cabezas de flecha), adyacente al trocánter mayor (GT) y que se extiende hasta la espina ilíaca anterosuperior (EIAS).